jueves, 7 de septiembre de 2017

La iglesia en las colonias españolas

La Iglesia en la América española

De todas las colonias europeas en América que vimos, en las españolas, la religión (Iglesia Católica) fue un aspecto fundamental de la vida. Aún hoy, la Iglesia Católica es una institución que se considera muy importante en nuestro país, y ello, es un legado de los tiempos de la colonia.

La evangelización fue la justitificación moral de la conquista y de la ocupación del territorio; y los miembros de la Iglesia mantuvieron amplias facultades de gobierno, justicia y hacienda que les permitieron colaborar, y al mismo tiempo, actuar como un freno del poder político. En algunas ocasiones ocasiones, los representantes de la Iglesia defendieron a los indígenas, al denunciar los abusos que contra ellos cometían los conquistadores; en otros casos la Iglesia colaboró con la explotación de los indios.

La estructura administrativa del clero secular coincidía con la división política del territorio: en cada virreinato, residía un arzobispo; en cada gobernación, un obispo; y en cada ciudad, una parroquia. Simultáneamente con esta estructura, la Iglesia estuvo presente en América a través del clero regular: las órdenes mendicantes, que habían surgido en el siglo XII, como las de los franciscanos, agustinos y dominicos. Estas órdenes religiosas tenían por misión particular la predicación y vivían de la caridad.


Los jesuitas

Una de las órdenes más importantes en América, fue la de los Jesuitas.
La tarea de evangelización se realizó a través de asentamientos establecidos en zonas aisladas e inhóspitas llamadas misiones reducciones. Estas tenían la estructura de un pueblo, y la vida se desarrollaba de manera comunitaria con la supervisión de los padres de la Compañía de Jesús (Jesuitas). La evangelización implicaba una forma de organización,pero también de producción, para lo cual se enseñaba a los indígenas oficios, como los de la escultura o confección de muebles, y a organizar la explotación de la tierra. El nombre de la provincia de Misiones se debe precisamente a que formaba parte de la región en la que se encontraban las misiones jesuíticas.


Ruinas en la provincia de Misiones

Otras potencias europeas en América



Información a partir de la diapositiva 7.


domingo, 13 de agosto de 2017

Organización política: Instituciones y funcionarios coloniales (Bogado)

CONSIGNA: a partir del siguiente cuadro, escribir un texto explicando qué instituciones se encontraban en España y cuales en América, y cuáles eran sus funciones.



miércoles, 26 de julio de 2017

Conquista de México, Perú y el Río de la Plata (Bogado)

Conquista de México:

En 1519, Hernán Cortés organizó en Cuba una expedición integrada por 600 hombres, que partió hacia las costas del actual territorio de México con el fin de hallar las minas de oro de las que había tenido noticias por los indígenas antillanos. La llegada de los españoles llenó de asombro y temor a los indígenas que los vieron desembarcar en sus tierras. Muchos pensaron, incluso, que eran enviados del dios Quetzacoatl. Los taxcaltecas, asentados en la zona de Tabasco, decidieron aliarse con los invasores con el propósito de liberarse del dominio de los aztecas, a quienes debían pagar tributos.

En la actual ciudad de Veracruz, Hernán Cortez recibió a los embajadores del emperador Moctezuma, quienes le ofrecieron oro y plata para que desistiera de su empresa. Cortés se negó y avanzó sobre Tenochtitlán. Tomó prisionero al emperador, y tiempo después, en el Templo Mayor, ordenó la ejecución de los más destacados jefes indígenas. Los aztecas lograron organizar la resistencia y los españoles tuvieron que huir de Tenochtitlán. Finalmente, en agosto de 1521, los europeos y sus aliados indígenas aplastaron brutalmente la resistencia azteca liderada por el jefe Cuauhtémoc.


Conquista del Perú:

El viaje de exploración de Balboa por el istmo de Panamá permitió que los españoles conocieran la existencia del imperio de los incas y sus riquezas. A partir de 1527, uno de los integrantes de aquella expedición, Francisco Pizarro, comenzó a establecer contacto con algunas comunidades indígenas enfrentadas con los incas.
En las costas del actual territorio ecuatoriano, Pizarro organizó una pequeña expedición. A fines de 1532 entró en la ciudad de Cajamarca, donde estaba el emperador inca Atahualpa, en preparativos para pelear con su hermano Huáscar, quien le disputaba el trono. Ante el asombro de todos, Pizarro tomó prisionero a Atahualpa y pidió un millonario rescate por él. A pesar de que los incas pagaron el rescate, Pizarro mandó llevar a Atahualpa a Cuzco, y allí, aprovechando las luchas entre los jefes que apoyaban a uno u otro hermano, ordenó ejecutarlo. Luego de este episodio, muchos incas se sintieron abandonados por los dioses y dejaron de oponer resistencia a los conquistadores.


Conquista del Río de la Plata

Luego de que Vasco Núñez de Balboa divisara el Océano Pacífico, los españoles comenzaron la busca de un paso  interoceánico que les permitiera llegar a Oriente, tal como se lo había propuesto originalmente Cristóbal Colón.

La expedición, al mando de Juan Díaz de Solís, perseguía ese objetivo. Navegando, en 1516 se internó en lo que hoy conocemos como el Río de la Plata, y lo llamó Mar Dulce, por su amplitud. La mayor parte de los miembros de su expedición murieron a manos de los indígenas.

La siguiente expedición, al mando de Hernando de Magallanes, logró encontrar el paso que comunica el Océano Atántico con el Pacífico en 1520 y, tras atravesar el estrecho que hoy lleva su nombre, emprendió la ruta hacia Oriente. A la muerte de Magallanes, Sebastián Elcano completó el primer viaje de circunnavegación y retornó con muy pocos hombres a España en 1522.

En 1520, nuevas expediciones se adentraron en el Río de la Plata, tratando de llegar a las fabulosas riquezas que contaba la leyenda. Fue así como Sebastián Gaboto remonto el Río Paraná y estableció en 1527, lo que sería la primera fundación en el terriorio argentino: el fuerte Sancti Spiritu (en actual territorio santafesino). Incentivado por el mismas expectativas, Pedro de Mendoza estableció en 1536 el fuerte Santa María del Buen Ayre.

Los viajes de Colón (Bogado)

Los viajes de Colón



       Ver:   http://www.colombiaaprende.edu.co/html/home/1592/article-88862.html

Civilizaciones americanas








lunes, 22 de mayo de 2017

Absolutismo y Expansión Ultramarina

Links con información sobre el tema:

http://elantiguoregimen.blogspot.com.ar/2011/02/el-absolutismo.html

http://www.claseshistoria.com/antiguoregimen/politica.htm



Power Point con información (a partir de la diapositiva 9)

Revolución Científica

Links con información sobre el tema:

http://historiaybiografias.com/revolucion_cientifica/

http://historiaybiografias.com/astronomos1/

http://www.biografiasyvidas.com/monografia/galileo/




Reforma Protestante y Contrarreforma católica

Links con información sobre el tema:

http://www.hiru.eus/es/historia/reforma-y-contrarreforma

http://www.historialuniversal.com/2010/09/reforma-protestante.html

http://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=20015




Renacimiento y Humanismo


Links con información sobre el tema:

http://www.artehistoria.com/v2/contextos/1848.htm

http://www.webdianoia.com/moderna/renhum/renhum.htm


Galería con imágenes


Europa en la modernidad





Power Point que resume todos los cambios de la Modernidad.



lunes, 15 de mayo de 2017

El surgimiento de la burguesía



Los mercaderes

Las actividades artesanales y el comercio fueron llevadas a cabo, inicialmente, por hombres desprovistos de tierras y que vivían al margen de una sociedad en la que sólo la tierra garantizaba la existencia. Marginados en la sociedad feudal, abandonaban el suelo natal para aprovechar las oportunidades que podía brindarles el comercio. Liberados de las prestaciones rurales, formaron el universo de personas que vagabundeaban buscando la limosna reservada a los pobres en las abadías, se los contrataba como campesinos en la época de las cosechas o de las vendimias, se alistaban como mercenarios en las tropas feudales en tiempos de guerra o, más frecuentemente, esperaban, a lo largo de las costas y en los estuarios de los ríos, la llegada de barcos y mercaderes.
El desarrollo del comercio medieval se vio obstaculizado, con frecuencia, por el mal estado de las carreteras, por la inseguridad y, fundamentalmente, por las tasas, los peajes, los derechos y todo tipo de impuestos recaudados por señores y comunidades por el sólo hecho de transitar sus tierras. Las rutas comerciales preferidas fueron las vías del agua: fluviales y marítimas que se presentaban como más seguras, rápidas y rentables. Los primeros comerciantes fueron itinerantes.

De comerciantes a banqueros

Impulsados por el espíritu de aventura, muchos de ellos se engancharon en los barcos que necesitaban marineros o se hacían contratar por las caravanas de mercaderes que se dirigían hacia los puertos. Algunos prosperaron porque supieron aprovechar, con energía e inteligencia, la posibilidad de ganar dinero en el comercio, de ahorrarlo o de reconvertirlo de manera rentable. 
Con el tiempo, la clase de comerciantes se diversificó; y surgieron prestamistas, cambistas y, finalmente, banqueros, especializaciones que requerían de conocimientos más precisos. La mentalidad del mercader se dirigió siempre a lo útil, a lo concreto y a lo racional, es decir, a todo lo que le permitiera ganar dinero y optimizar sus beneficios con los que satisfacer, cada vez en mayor medida, sus crecientes necesidades.
En su relación con la nobleza, en ocasiones actuaron como prestamistas, imitaron su forma de vida y procuraron emparentarse con ella a través de vínculos matrimoniales en los que la unión se asemejaba a un contrato. En su relación con el clero, fueron frecuentes las donaciones a la Iglesia aunque, para ellos la religión quedaba relegada a un segundo plano. La relación con el campesinado era de complementariedad, ya que las actividades rurales permitían el abastecimiento de la ciudad.

Los habitantes de las ciudades: la burguesía

Entre los siglos XI y XIII, muchos campesinos migraron hacia las ciudades huyendo de la servidumbre feudal. En efecto, el gobierno de las ciudades no estaba en manos de nobles, sus cargos tampoco eran hereditarios y resultaban de la elección de los habitantes de las ciudades o burgos, lo que dio origen a la denominación de esta nueva clase: la burguesía. Para ser uno de ellos, bastaba haber residido un año y un día en el interior de sus murallas, haber acumulado ciertos bienes y haber ejercido un oficio. En la ciudad, el burgués podía aprender a leer y escribir, mandar a sus hijos a la escuela, ejercer un oficio remunerado y no tener que pedir permiso si quería casarse. La ciudad, además, lo protegía del hambre y de la guerra. 
Lo que distinguió al burgués de la nobleza, el clero  el campesinado fue que, debido a sus actividades, predominaba el afán de lucro, la sed de ganancias y la voluntad de prosperar a partir de su propia iniciativa. El burgués, precisamente, debido a estos objetivos, fue un hombre inclinado al individualismo y, si se asociaba con otros, lo cual era frecuente, era sólo por la utilidad que podía reportarle. La rentabilidad de sus empresas y la voluntad y la capacidad de ahorrar podían promoverlo socialmente, hasta el punto que no pocos de ellos lograban emparentarse co la nobleza feudal venida a menos, por pactos o convenios matrimoniales.
Surgió en estos hombres una nueva conceptualización del tiempo, que difería sensiblemente de la idea que de él tenían los otros tres estamentos. El ocio era sinónimo para el burgués, de pérdida de tiempo y, en consecuencia, de dinero. La noción de optimización del tiempo generó la necesidad de dividir el día en segmentos iguales y, tal vez, a ello se deba la proliferación de relojes en esta época. Casi siempre en los espacios centrales de las ciudades, se levantaba una torre, en cuya parte más alta, había un reloj que marcaba un tiempo uniforme, medido en horas y en minutos.
El burgués era racionalista no sólo en su conceptualización del tiempo sino también, del espacio. La ciudad da cuenta de ello: una plaza central con el municipio, la iglesia y edificios de interés común, y calles verticales, horizontales y en ocasiones con diagonales para agilizar la circulación.
Atrás había quedado la época de las campanas de la iglesia que marcaban el tiempo de las labores agrícolas y de las oraciones.

Crisis del siglo XIV





martes, 18 de abril de 2017